A pesar de que vivimos en una era digital, resulta bastante curioso que los juegos de mesa cada vez tengan un mayor peso en la sociedad. Para los más profanos en el tema tal vez esto les suene un poco raro, pero si estás al corriente de las nuevas tendencias en la educación, podrás observar que cada vez se da una mayor importancia a la gamificación. Siempre se ha dicho que jugando se puede llegar a aprender mucho y, precisamente por esto, muchos maestros emplean algunos juegos en sus aulas con el propósito de que las ideas calen en los más pequeños.
Esta importancia que están teniendo los juegos de mesa en la educación trasciende mucho más allá de la propia aula. Esto es debido a que, al resultar tan agradables para los niños, estos disfrutan también jugándolos en casa, por lo que es una forma pasiva de seguir aprendiendo a través del juego. Dicho sea de paso, también es una buena oportunidad de conseguir despegar a los más jóvenes de las pantallas, ya que durante los últimos años el entretenimiento digital ha ido superando con creces a otros tipos de entretenimiento más convencionales.
¿Qué beneficios tienen los juegos de mesa?
Los juegos de mesa tienen un carácter social, por lo que resultan estupendos para su uso dentro de un aula. Por otro lado, con los juegos de mesa, los niños desde bien pequeños aprenden que en la vida hay unas normas, unas reglas a las que aterirse y respetar. Inculcar estos valores en los juegos es importante en la educación de los más pequeños, no solo en la académica, sino también en su carácter más general.
Por otro lado, no todos los juegos de mesa son competitivos, ya que nos podemos encontrar también con juegos cooperativos. Estos juegos cooperativos proponen a los jugadores diferentes retos que estos tan solo van a poder superar cuando trabajen en equipo. Ni que decir tiene la importancia que tienen estos juegos en la educación. Desde aprender la importancia que tiene el trabajo en equipo, hasta saber colaborar con el resto de los compañeros de cara a alcanzar una meta en común.
Juegos para niños hechos por adultos
La gran mayoría de los juegos de mesa para los más pequeños han sido diseñado con sumo cuidado por adultos. En este caso, debemos de pensar que los juegos de mesa van mucho más allá del mero parchís. Es precisamente este desconocimiento en la materia el que todavía impide a los juegos de mesa adquirir una relevancia que ya tienen en otras escuelas como las alemanas o las nórdicas.
Cuando estamos hablando de estos juegos de mesa especiales para los más pequeños, estamos hablando de juegos de mesa que trabajan conceptos como las matemáticas o la asociación. Conceptos que los más pequeños deberán tener en cuenta si quieren tener éxito en la partida. Esto, unido al incentivo de poder ganar el propio juego, despierta el interés de estos que acaban jugando una partida mientras están realmente trabajando las matemáticas, el lenguaje o cualquier otro aspecto por el cual haya sido concebido el juego de mesa en concreto.
Asociación de colores, de números, de letras, todo ello representado por fichas o cartas, son algunos de los aspectos más habituales que ayudan a descubrir diferentes formas de pensamiento y, por supuesto, diferentes soluciones a un mismo problema. El principal objetivo es trabajar el cerebro en la búsqueda de esas soluciones, por lo que nos encontramos ante un tipo de entretenimiento que resulta activo. De esta forma, el interés por las matemáticas del propio alumno se despierta en el momento en que trata de buscar la fórmula de poder conseguir la carta que necesita o de llegar por el camino más corto a la casilla de meta. Cuando se tiene esta implicación directa, es un hecho que la enseñanza resulta mucho más sencilla en comparación a tener que memorizar una tabla de multiplicar o los pasos en la resolución del problema. Evidentemente con esto no estamos diciendo que un juego de mesa pueda sustituir por completo una clase de matemáticas, pero si que se establece una buena relación que nos permite trabajar las mismas desde un prisma mucho más entretenido, sin darnos cuenta de lo que realmente estamos haciendo es aprender.
Aprender jugando, mucho mejor
La expansión que están llevando a cabo los juegos de mesa modernos nos permite encontrarnos con juegos especializados en mejorar la destreza visual o mejorar la psicomotriz. Por curioso que parezca, es posible trabajar el equilibrio a través de estos juegos de mesa. Juegos de mesa de habilidad cuya práctica puede ser igual de productiva o más que la practica de un ejercicio físico determinado.
En resumidas cuentas, la gamificación pretende conseguir todo esto, la enseñanza a través del juego. Una mezcla de beneficios sociales a la par que académicos, escondidos dentro de una caja de juego esperando a ser descubierta por los más pequeños. Cuando se trata de divertirse, la diversión se lleva a todas partes. Precisamente por esa naturaleza con la que cuentan los juegos de mesa, es probablemente uno de los pocos regalos educativos que podamos hacer a un niño pequeño y que este lo reciba de buen agrado.
Siempre se ha pensado que regalar un libro puede ser un incentivo para iniciar al pequeño en la lectura, pero cuando se trata de un juego de mesa la lectura también se encuentra implícita en estos, ya sea en el manual o en el texto con el que pueden contar algunas cartas. La comprensión lectora sigue siendo un factor importante de cara a poder entender las reglas y también la expresividad cuando trate de explicar las mismas a sus compañeros.
En definitiva, resulta complicado encontrar inconvenientes a la aplicación en la enseñanza de estos juegos de mesa modernos con todos los beneficios que pueden aportar a un aula. Debido a que son aptos para todos los públicos y que también admiten a todo tipo de jugadores, estos juegos de mesa modernos son perfectos para aplicarlos también en talleres y en clases particulares. Aprender jugando nunca ha sido tan sencillo como hasta ahora y es que, hoy en día, lo tenemos al alcance de nuestra mano gracias a la aplicación práctica con la que cuentan estos juegos.
Finalmente, no hay que olvidar la importancia que supone el poder sentar a padres e hijos en una misma mesa para disfrutar de una buena partida. Hoy en día esto son valores que se ve que se están perdiendo y que contribuyen en la creación de una generación mucho más distante con sus seres queridos. Una buena oportunidad para dejar de lado por un momento internet y mirar directamente a los ojos de aquellos con los que convivimos. Los juegos de mesa modernos tienen mucho que aportar tanto en el aula como fuera de ella por lo que realmente merece la pena conocerlos. Juega imaginándote un pastor en una región alemana, administrando su propia granja o lleva las cuentas de tu propio negocio. Miles de temáticas, todas ellas diferentes, dispuestas a adaptarse tanto a los gustos como a las necesidades de aquellos que quieran descubrirlas y participar de ellas.